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Artículos Especial: Pedro Chaskel: la política de las imágenes Estudios de autor + memoria

Primera Jornada del Seminario y Ciclo de Cine “Pedro Chaskel: La política de las imágenes”

Por: Editor / 25 de Junio, 2015

El día 22 de Abril a las 18:30 hrs. en el Auditorio Jorge Müller del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, el Cine Club Universitario dio inicio al Seminario y Ciclo de Cine “Pedro Chaskel: La política de las imágenes”, con el estreno del documental “De vida y de muerte: Testimonios de la Operación Cóndor”. El encuentro contó con la participación del realizador y montajista Pedro Chaskel y el director de fotografía Pablo Salas, quienes conversaron con los asistentes tras la muestra del documental. Esta primera jornada del Seminario fue moderada por Luis Horta, académico y coordinador de la Cineteca de la Universidad de Chile.

El cine-foro comenzó con una pregunta relacionada a la motivación que impulsó la realización del documental; cómo surgió el proyecto, cómo fue modificándose en la medida que se fue filmando y luego en el proceso de montaje.

El proyecto comenzó el año 2000, cuando la Operación Cóndor aun permanecía como un proyecto clandestino, comienza Pedro Chaskel. La motivación inicial surgió a partir de algunos de los testimonios con los que contaban tras la investigación, como el de Patricio Viedma, o el de “trosko” Fuentes, que de alguna manera se habían sobrepuesto a las condiciones infames y que demostraron un nivel de calidad humana muy superior. Esa fue parte de la motivación, porque habría que agregar por supuesto, dar información sobre lo que fue la Operación Cóndor. El problema radicaba en hasta dónde se podía dar información en el documental sin abrumar al espectador, pero sí entregando los datos fundamentales. La Operación Cóndor tenía carácter de secreto y lo componían variados documentos, lo que era bastante difícil de registrar y poner en un documental. Entre todos esos documentos, el caso más claro que aparecía era el de “Trosko” Fuentes cuyos papeles se encontraron y especificaban su detención en Paraguay, su regreso a Chile e ingreso a Villa Grimaldi. La Operación Cóndor era mucho más grande que sólo un caso, pero era una de las historias representantes de lo que ocurría con la operación, así como los “archivos del horror” de Paraguay. Dice Pablo Salas “nos sentimos en la misma situación que si hubieran sido archivos nuestros los archivos del horror

Después de mucho tiempo, Pedro finalmente logró montar la película mediante cambios y postergaciones en la edición, incluyendo (a último minuto como él sostiene) la idea de los títulos o capítulos para separar la información y hacer más fácil su lectura.

El Montaje

Pedro Chaskel afirma que por lo menos deben tener unas 20 horas de registro, pero que nunca ha sido su preocupación tener previsto un tiempo limitado para el montaje de una película. El documental llegó a 45 minutos pero por un aspecto de narrativo, “sentí que esto estaba funcionando” menciona. Incluso hubo algunos problemas técnicos con el material, entrevistas con drop que permitieron descartar información para el montaje. En un principio consideraba que los primeros armados de montaje contenían exceso de información, lo que de a poco se fue depurando luego de algunas pausas.

Estructura y división del trabajo

El trabajo se dividió en un equipo reducido; María de la Luz Lagarrigue hizo la investigación y luego hizo el trabajo de asistencia de dirección. Pablo Salas fue director de fotografía, camarógrafo y sonidista, y Pedro Chaskel se hizo cargo de la dirección y el montaje. Si bien Pedro dice no tener ninguna receta para hacer un documental, su forma de trabajo consiste en encontrar un equilibrio en la distancia entre lo registrado y el propio autor. “(…) Por un lado, es bueno involucrarse, es decir, yo creo que no puedes hacer un documental como éste fría y distanciadamentePero también tienes que tener un límite para tener cierta objetividad”.  Entonces es una mezcla entre compromiso personal y la necesidad de mantener una cierta distancia, tratando de identificarse con un espectador que no conoce lo que hay detrás de la realización de la película.

Por su parte, Pablo Salas agrega el concepto del compromiso con la historia que se narra en una película. Como la Operación Cóndor ocurrió durante la Dictadura Militar e involucró no sólo a Chile sino también a otros países, sentía cercanía con el tema, fue algo que los afectó directamente y formaba parte de su experiencia, y eso les permitía discernir sobre aquello que servía para la construcción del documental.

Los capítulos y el silencio

Los títulos o capítulos que dividen la estructura del documental, fueron algo que apareció al final del proceso de montaje. Fue una herramienta útil para ayudar a dar una estructura más didáctica a la película y finalizar un proyecto que llevaba 15 años de gestación. Pedro admite que tuvo dos hallazgos en la etapa final de montaje; uno de ellos fue la idea de los capítulos, herramienta que tenía pensada usar desde un principio pero en un armado que dividía por países. De alguna manera eso se mantiene en el documental, pero el haber logrado encontrar los títulos para los capítulos con las temáticas que se trataban en el documental, le dio mucho más interés como relato. Y el otro hallazgo fue el silencio; Pedro había mandado a realizar música para acompañar los títulos del documental, buscando la manera de hacer más atractiva la lectura. Pero por accidente comenzó a ver parte del montaje sin sonido, lo que le dio una nueva idea para involucrar al espectador: “(…) me parece que todos ustedes tuvieron que leer los letreros, se involucraron de alguna manera, no es que los haya obligado (…) Entonces, como decía el viejo Robert Bresson hace muchos años, el gran descubrimiento del cine sonoro es el silencio” .

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